Las mujeres pasean por el espacio

Les dones caminen soles a l’espai

Primera paseada espacial exclusivamente femenina

Redacción Diario Ahora.

Nunca una paseada espacial había despertado tanto de interés. Pero la que hicieron ayer Christina Koch i Jessica Meir a 485 kilómetros de la Tierra es de las que hacen historia. Las dos astronautas de la NASA hicieron la primera paseada espacial exclusivamente femenina. Salieron de la Estación Espacial Internacional para reparar un control de las baterías. Quince mujeres han participado en las 221 paseadas orbitales hechos hasta ahora, pero siempre lo habían hecho acompañadas de un hombre. Hasta ayer. La primera mujer que dio un paseo en el espacio fue Svetlana Savítskaia, que el 1984 salió de la estación espacial Saliut 7 acompañada del astronauta Vladímir Dzhanibekov para hacer tareas de montaje y soldadura durante tres horas y media.

La misión exclusivamente femenina se tenía que hacer el 29 de marzo pasado y Koch tenía que salir al espacio con el astronauta Anne McClain, pero la NASA no encontró trajes espaciales de la talla adecuada para las dos mujeres -las dos necesitaban una talla M- y McClain, a quien el traje le quedaba demasiado grande y no era seguro, acabó volviendo a tierra. Lo ha sustituido Jessica Meir, de 42 años y profesora de la Escuela de Medicina de Harvard.

La NASA ha explicado que la primera paseada espacial solo de mujeres no ha sido un objetivo planeado sino que responde al aumento de mujeres astronautas. En la promoción de Koch y Meir, del 2013, la mitad de los candidatos a astronauta eran mujeres. Las paseadas espaciales no son fáciles y a menudo los astronautas las describen como el reto físico más duro.

Las dos astronautas salieron de la Estación Espacial Internacional a las 07.38 horas (11.39 GMT) y estaba previsto que la misión durara entre cinco y seis horas, un tiempo durante el cual tenían que sustituir uno de los controles defectuosos de carga y descarga de las baterías que recogen la energía de los paneles solares a la estación internacional.

¿Una gesta “inspiradora”

Este era el primer paseo por el espacio de Meir y el cuarto de Christina Koch, de 40 años, que se estará once meses al espacio porque los científicos puedan estudiar los efectos en la mujer de un vuelo espacial de larga duración de cara a las próximas misiones a la Luna y Marte. Meir volverá a la Tierra a la primavera. La misión de Koch, que llegó a la Estación Espacial Internacional el 14 de marzo pasado, está programada porque dure 328 días y supere así el récord femenino que tenía Peggy Whitson, con 288 días.

La NASA espera que esta sea una gesta “inspiradora” y un paso más en el adelanto de los derechos de las mujeres. “Es guapo ver que lejos que hemos llegado”, dijo ayer Jessica Meir. Christina Koch, por su parte, destacó “la naturaleza histórica” de su hito y celebró que las mujeres puedan ser partícipes y puedan contribuir en el programa espacial, cosa que no siempre ha sido así. “Todos hacemos un papel y esto puede conducir a tener más probabilidad de éxito”, aseguró.

¿Cuántos tampones hacen falta para ir al espacio?

Los Estados Unidos quieren posar el 2024 la primera mujer, y el próximo hombre, a la Luna, en el marco del programa Artemisa, bautizado así en honor a la diosa griega de la caza gemela de Apolo, el dios masculino que hace medio siglo daba nombre a la misión que posó el primer hombre a la Luna. Antes, pero, hay que estudiar los efectos de los vuelos espaciales en el cuerpo de una mujer, y es por esta razón que Christina Koch se estará once meses al espacio. Se conoce muy poco como reacciona el cuerpo femenino en el espacio porque, de los más de 560 astronautas que han viajado, solo 65 han sido mujeres. Y ya es famosa la anécdota de los tampones. Cuando Sally Ride se preparaba para ser la primera mujer norteamericana en el espacio, el 1983, los ingenieros de la NASA le preguntaron cuántos tampones necesitaría para una semana. “100 es el número correcto?”, le preguntaron los ingenieros hombres, que también le prepararon un kit de maquillaje. Y no es con solo que la NASA no tuviera bastante uniformas de la talla M cuando el primer paseo espacial femenino se tuvo que aplazar, sino que, además, están diseñados para adaptarse a la temperatura corporal de los hombres