Segueix l’actualitat del Distintiu SGCITY50

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son una hoja de ruta global, pero su implementación efectiva empieza en lo local. El Distintivo SG CITY 50-50 permite a los municipios integrar la perspectiva de género en su gestión, alineándose con:

  • ODS 5 – Igualdad de género: Promoviendo políticas que eliminen las brechas de género y apoderen a mujeres y niñas

ODS 8 – Trabajo decente y crecimiento económico: Fomentando entornos laborales inclusivos y equitativos dentro de las administraciones locales.

  • ODS 10 – Reducción de las desigualdades: Implementando acciones que aseguren la equidad y la inclusión social en todos los niveles.

A través de herramientas como el autodiagnóstico y el Plan de Compromiso, los municipios pueden evaluar y mejorar continuamente sus políticas de igualdad.

Porque una administración que se forma se transforma. Y cuando se transforma, impacta directamente en la vida cotidiana de su ciudadanía.

💡¿Quieres saber cómo puedes implementar los ODS en tu ayuntamiento, conectados al plan de Igualdad local?
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La brecha salarial de género es una realidad que todavía persiste en muchas sociedades, y es una de las principales causas de la desigualdad entre hombres y mujeres. A pesar de los avances en los derechos y la conciencia social, las mujeres a menudo ganan menos que los hombres para realizar el mismo trabajo o por tener responsabilidades similares.

Esta brecha no es sólo una cuestión de diferencias en los salarios, sino que también refleja una estructura social y económica que perpetúa la desigualdad. Factores como la segregación laboral, la falta de políticas de conciliación, la discriminación y los estereotipos de género contribuyen a mantener esta barrera.

En España, la diferencia entre lo que ganan hombres y mujeres no solo persiste, sino que ha aumentado: en 2023 la brecha se situó en el 19,6%, frente al 19% del año anterior.

Los hombres ganan de media casi unos 5.000 € más al año que las mujeres (Fuente: Encuesta de Población activa 2023 del INE).

Esta desigualdad no es casual ni coyuntural. Se alimenta de múltiples factores interrelacionados:

-Mayor concentración de mujeres en ocupaciones a tiempo parcial

-Penalización por maternidad

-Asunción mayoritaria de las tareas de cuidados no remunerados

-Menor representación de mujeres en puestos directivos (techo de cristal)

Es importante entender que la brecha salarial de género no es sólo un problema individual, sino un obstáculo que afecta a toda la sociedad, limitando las oportunidades de las mujeres y perpetuando la desigualdad. Para avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria, hay que seguir trabajando para eliminar esta brecha y promover un entorno laboral que valore y reconozca el mérito y el esfuerzo de todos, independientemente del género.


En nuestra sociedad, la desigualdad de género no solo se refleja en diferencias salariales o en el acceso a la educación, sino también en cómo se distribuye el tiempo entre hombres y mujeres. La llamada pobreza de tiempo se refiere a la escasez de horas disponibles para realizar actividades personales, de cuidado o de ocio, y afecta de manera desproporcionada a las mujeres.

¿Qué es la pobreza de tiempo?
Es la situación en la que una persona no dispone de suficiente tiempo para cubrir sus necesidades básicas, descansar o dedicarse a actividades que le aporten bienestar. Para muchas mujeres, esta pobreza de tiempo se traduce en largas jornadas de trabajo, tanto remunerado como no remunerado, como el cuidado de hijos, familiares mayores o tareas domésticas, que muchas veces no son reconocidas ni valoradas socialmente.

¿Por qué es una forma de desigualdad de género?
Porque las mujeres suelen asumir una mayor carga de tareas no remuneradas, lo que limita su tiempo para la educación, el ocio, el descanso o el desarrollo personal. Esto perpetúa ciclos de desigualdad, afectando su salud, su participación en la vida pública y su autonomía económica.

Ideas para combatir la pobreza de tiempo y reducir la desigualdad de género:

Políticas públicas de apoyo.

En el Proyecto DIGECP, trabajamos junto a municipios para transformar esta realidad. ¿Cómo? Impulsando políticas públicas que reconozcan y redistribuyan los tiempos de vida, desde un enfoque de género interseccional y con compromiso institucional real.

Promover la redistribución del trabajo doméstico y de cuidado.
Fomentar que hombres y mujeres compartan de manera equitativa las tareas del hogar y el cuidado familiar, mediante campañas de sensibilización y programas educativos.

Flexibilidad laboral.
Impulsar horarios flexibles y modalidades de trabajo remoto, permitiendo a las personas gestionar mejor su tiempo y reducir la carga de tareas no remuneradas.

Reconocimiento social y económico del trabajo no remunerado.
Valorar y medir el trabajo doméstico y de cuidado en las estadísticas nacionales, para visibilizar su importancia y promover políticas que lo apoyen.

Educación y sensibilización.
Incluir en los programas escolares y campañas públicas la importancia de la igualdad en la distribución del tiempo y las tareas del hogar.

En conclusión, la pobreza de tiempo es una forma silenciosa pero poderosa de desigualdad de género que limita las oportunidades y el bienestar de muchas mujeres. Abordarla requiere un compromiso conjunto de gobiernos, comunidades y familias para crear una sociedad más justa, equitativa y con mayor calidad de vida para todos.

¿Te gustaría conocer más sobre el Proyecto DIGECP por la Igualdad de Género de Ciudades y Pueblos, dirigido a gobiernos locales y cofinanciado por la Comisión Europea?

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